Gran parte de la sociedad, a pesar de tener conocimiento sobre los problemas asociados al tabaquismo, continúa con el hábito perjudicial de fumar. Las personas fumadoras tienen un alto riesgo de padecer problemas respiratorios, y se han documentado multitud de enfermedades asociadas al consumo de tabaco. Cáncer de pulmón, enfisema, bronquitis crónica que se acompañan de una gran disminución de la calidad de vida o bajo peso en el feto en el caso de fumar durante la gestación, son algunos de estas consecuencias estos inconvenientes. Y claro está, el día a día en la vida del fumador suele estar asociado a la tos matutina, que en realidad es un mecanismo de defensa del organismo para tratar de expulsar los agentes dañinos que se derivan de estas sustancias.
Por esa razón, la única manera de acabar con esta tos del fumador es planteándose seriamente abandonar por completo el hábito tabáquico. Si de momento no es posible, ya que dejar de fumar no siempre es una decisión fácil, podemos tratar de ayudar al cuerpo con ciertas prácticas mientras abandonamos el tabaco. Solo de esta manera nos estaremos librando de un hábito una práctica que no tiene ningún tipo de beneficio para la salud.
Las claves de la llamada tos del fumador
Ya sabemos que los mocos y la tos son un mecanismo de defensa. En este caso la tos no es mala en sí, por lo que la mal llamada “tos del fumador” es la respuesta obvia de un aparato respiratorio que está siendo atacado. Por esa razón, habrá que mitigar las molestias causadas por esa tos, no la tos en sí misma. No podemos poner barreras a una respuesta natural que, aun teniendo mala fama, es beneficiosa.
Si bien dejar el tabaco es complejo, porque tienen diferentes sustancias que causan muchísima adicción, el fumador ha de plantearse abandonar el tabaco a corto plazo. Reducir paulatinamente la dosis puede ser una buena alternativa y así será más fácil terminar con ese hábito tan nocivo.
Para ayudar al organismo a facilitar la expulsión de mucosidades, siempre habrá que mantenerse bien hidratado. Una persona que fuma ha de beber agua de manera constante, con ello sus mucosidades se tornarán más fluidas y, por tanto, más fáciles de expulsar. La hidratación también puede darse humidificando el ambiente gracias a un vaporizador, sobre todo en climas secos. De esta forma estaremos ayudando al organismo a mantener un grado óptimo de hidratación de las mucosas.
Introducir rutinas de ejercicios suaves es siempre una buena manera de alejarse del tabaco y de aumentar nuestra resistencia física. Quien realiza algún tipo de actividad física adecuada a su condición puede encontrar en ello una buena salida para alejarse del tabaco, y por consiguiente, dejar de sufrir esa tos tan característica de quienes fuman.
Muchas son las personas que aun habiendo dejado el tabaco, siguen tosiendo durante bastante tiempo. No, no es algo negativo, es una señal de que el cuerpo está recuperándose. Los cilios, unas pequeñas vellosidades que ayudan a expulsar el moco hacia afuera, vuelven a funcionar con normalidad tras dejar de fumar, por lo que la tos puede seguir persistiendo durante algún tiempo. Es algo habitual y muy común.
Por eso, lo mejor que puede ocurrirle a tu organismo es que abandones ese hábito tan dañino. Las ventajas asociadas a una vida saludable superan cualquier experiencia que pueda proporcionarte el consumo de tabaco. Recuerda que solo tenemos un sistema respiratorio y hemos de cuidarlo para que nos dé una gran calidad de vida.
Fuentes:
https://elfarmaceutico.es/index.php/ventascruzadas/item/2871-tos-del-fumador#.XUdlIy0rxQI
