Prevención y tratamiento

Cómo curar la tos con mocos y cuánto dura

Cómo curar la tos con mocos y cuánto dura

La pregunta que muchas personas se realizan, sobre todo si tienen hijos en edad escolar es: ¿Cuánto dura la tos con mocos? Evidentemente no se puede dar una respuesta precisa, ya que la duración de este episodio dependerá de diversos factores. Por ejemplo, hay personas que prácticamente se pasan todo el invierno constipadas. 

Normalmente, los resfriados, gripes y catarros tienen una evolución positiva, y es el propio cuerpo el que se encarga de ir acabando con el virus que lo causa.

Una vez que se ha contraído el virus, entre 48 y 72 horas se alcanzará el mayor número de agentes patógenos, para ir decreciendo de manera paulatina. A las 24 horas de haber sido infectados, comienzan los síntomas típicos de un proceso catarral, como fiebre alta, malestar general, mucosidad abundante, tos e incluso dolor articular. Pasadas otras 48 o 72 horas, los síntomas comienzan a remitir, para que al cabo de una semana no quede ningún tipo de secuela. Existen grupos de riesgo en los cuales puede alargarse el periodo de convalecencia, o que la recuperación sea más larga.

La prevención, un factor clave

Si bien nadie está a salvo de contraer una gripe o un fuerte resfriado, llegada la temporada otoñal es muy conveniente seguir unas pautas sencillas con las cuales podemos reducir la posibilidad de resfriarnos o enfermar de gripe.

Lo primero es valorar la posibilidad de vacunarse, el virus de la gripe consigue mutar cada año y puede afectarnos sin contemplaciones. La vacuna actúa una vez pasados entre 10 y 15 días tras su aplicación, por lo que debemos consultar en nuestro centro de salud el calendario de vacunaciones y pedir cita con un profesional que nos oriente sobre ello.

Sin embargo, existen otra serie de pautas muy sencillas que debemos interiorizar para evitar, en la medida de lo posible, el contagio por gripe o resfriado.

  • Ventilar bien las habitaciones: Este tipo de virus se encuentra muy a gusto en ambientes muy viciados, por lo que abrir bien las ventanas tras despertar es una buena medida para renovar el aire.
  • Usar pañuelos desechables: Afortunadamente el uso de pañuelos de tela de está reduciendo drásticamente, en el caso que los uses piensa que cuando toses en el pañuelo estás creando un caldo de cultivo ideal que volverá a tu nariz cuando vuelvas a usar el pañuelo. Siempre de papel, y tirarlo con cada uso.
  • Lavarse las manos frecuentemente: No solo es una buena medida para evitar catarros, gripes y resfriados, la limpieza concienzuda y frecuente de manos evita que enfermemos por una diarrea, por poner solo un ejemplo.
  • Beber mucha agua: Es adecuado mantener un alto nivel de hidratación de las mucosas, que se mantendrá siempre fluida y con mayor capacidad de repeler los ataques víricos.

El tratamiento más adecuado

Cuando enfermamos, ya sea por un catarro o gripe, nuestro pensamiento siempre se dirige a querer salir pronto de esa situación. No es conveniente incorporarse a la rutina hasta que no estemos perfectamente sanos, pero sí que podemos introducir una serie de pautas para que ayudemos al organismo a recuperarse:

  • En primer lugar, siempre hemos de mantener un nivel adecuado de hidratación, para que las mucosas no se sequen. Beber mucha agua, así como caldos calientes puede favorecer la recuperación. Esto incluye el uso de un humidificador en la estancia en donde nos encontremos, evitaremos que las fosas nasales y la boca pierdan humedad.
  • De igual manera, permaneceremos en reposo. Los virus causan un daño del que cuesta reponerse, por lo que permanecer tumbado y sin realizar tareas de ningún tipo es lo más indicado.
  • Si permanecemos en cama, hemos de procurar que las sábanas se cambien incluso a diario, así como el pijama. Estaremos ayudando a evitar una concentración elevada de virus en unos tejidos con los que estamos en continuo contacto. 
  • No deberían emplearse antibióticos, que no son eficaces contras los virus. El uso de antibióticos debe ser siempre prescrito por el médico, de lo contrario, estaremos debilitando más aún nuestro sistema inmune.
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