Prevención y tratamiento

Las enfermedades más comunes del sistema respiratorio

Las enfermedades más comunes del sistema respiratorio

El buen funcionamiento del sistema respiratorio puede verse afectado por multitud de dolencias, más o menos severas, que impidan el normal desarrollo de sus funciones. Las más comunes y que tienen carácter transitorio son los  catarros, resfriados y gripes, que tienen una incidencia alta en el cambio del verano al otoño e inicio del invierno. La neumonía o el cáncer del pulmón y el enfisema tienen otras características, siendo graves y requiriendo tratamientos más complejos.

Otras, sin embargo, pueden ser crónicas, como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), las alergias respiratorias, la bronquitis crónica o aquellas patologías que tienen su origen en el entorno laboral. 

En este artículo conoceremos cuáles son los tipos de medicamentos más utilizados en el tratamiento de la hipersecreción de moco que puede acompañar a las enfermedades más comunes del aparato respiratorio.

Tipos de medicamentos para el exceso de mocos 

Generalmente, las enfermedades del sistema respiratorio más comunes pueden tratarse con medicamentos como los jarabes, los comprimidos efervescentes, cápsulas y sobres. Cada uno posee una serie de características que lo hace adecuado para cada patología, aunque influye también el tipo de paciente ante el que nos encontremos. Por ejemplo, un niño no puede tomar bien una pastilla, por lo que se dispensará un jarabe. Personas con afecciones gástricas tienen desaconsejados los comprimidos efervescentes.

  • Jarabes: Cuentan a su favor con la sencillez de administración, siendo de máxima utilidad en aquellos casos en los que resulta más complicada la toma de un comprimido o cápsula.
  • Comprimidos efervescentes: Son medicamentos que, al disolverse en agua, actúan muy rápidamente y llegan de manera directa al organismo, ya que el intestino lo absorbe de forma rápida. 
  • Cápsulas y comprimidos: Las cápsulas y comprimidos son medicamentos con una composición sólida. Además, llevan la dosis precisa del medicamente y son duraderos, por lo que no se degradan con facilidad.
  • Sobres: Una preparación en sobre cuenta con las mismas ventajas que un efervescente, destacando la rapidez con la que actúa. Sin embargo, hay que ser cuidadoso con la medida de agua en la que lo disolvamos. 

Saber elegir uno u otro formato no ha de corresponder solo a una decisión personal, sino al criterio médico y farmacéutico, que son los profesionales que velarán por nuestro bienestar.

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