Gripe

Las fases de la gripe en detalle

Las fases de la gripe en detalle

La gripe es una enfermedad vírica de carácter estacional que suele comenzar a afectar durante el otoño. A diferencia de un resfriado, sus síntomas son bastantes más acusados. Además, provoca otro tipo de inconvenientes que el resfriado no suele generar, como fiebre alta, fatiga y dolor en articulaciones, garganta y cabeza.

Por esta razón, la gripe ha de ser tenida en cuenta y es una de esas enfermedades cuyos síntomas no han de dejarse pasar por alto. La complicación de una gripe puede suponer un riesgo para ancianos y niños.

¿Cómo es el paso a paso del proceso gripal?

Haciendo un estudio de los casos típicos de gripe, se pueden agrupar en 4 las fases en las que se desarrolla.

Fase 1: síntomas que indican el inicio de la gripe

Hay dos síntomas que delatan el comienzo de un estado gripal, la irritación y sequedad en la garganta. Generalmente se acompaña de malestar general y unos picos de fiebre. Son señales inequívocas de que algo no va bien.

Fase 2: malestar general y fiebre alta

El aumento de las mucosidades, así como un malestar ya generalizado son las siguientes señales de alarma. La fiebre alcanza su pico máximo, alcanzando estos valores por la tarde, y es muy habitual el dolor de articulaciones y muscular. Normalmente se acompaña de falta de apetito. Cuando estos síntomas son muy intensos, esta es la fase en que puede llegar a ser necesario reposo en cama.

Fase 3: tos con mocos y expectoración

Pasados unos días puede haber una afectación de las vías respiratorias más bajas con una mayor producción acompañada de tos. La tos es productiva cuando va acompañada con expectoración. El aspecto del moco es amarillo verdoso y se ha tornado de una textura más espesa. 

Fase 4: comienzan a mitigar los síntomas

Todo se va normalizando, la fiebre tiende a desaparecer, aunque persiste el taponamiento nasal, que conlleva que los sentidos del gusto y el olfato no funcionen como es debido. Poco a poco la mucosidad va recuperando su fluidez fisiológica y va siendo eliminada y desapareciendo, de igual forma que el dolor articular y el malestar. Tras una semana o dos, no quedará ninguna señal de haber sido atacados por el virus influenza.

Estas son las 4 fases o estadios principales de la gripe. La evolución de la enfermedad suele ser benigna si se trata adecuadamente, aunque los principales grupos de riesgo como personas enfermas, niños y tercera edad han de tener especial vigilancia.

Reducir las posibilidades de contraer la gripe está en nuestras manos

Nadie está a salvo de contagiarse de este virus, pero sí que podemos minimizar las posibilidades de contagio si logramos introducir unas rutinas fáciles. Para que podamos mantener alejada la gripe podemos hacer lo siguiente:

  • Vacunarnos: Es la opción más inteligente para evitar la enfermedad, por lo que podemos consultar el calendario de vacunaciones y solicitar a nuestro médico de cabecera la posibilidad de ser vacunados.
  • Lavarnos bien las manos: Es uno de los medios de transmisión, por lo que, si somos escrupulosos con la higiene, estaremos evitando que los virus entren en contacto a través de las manos.
  • No tocarnos la cara: De nada sirve que las manos estén limpias si nuestro rostro no lo está y nos llevamos nuestras extremidades continuamente a la cara.
  • Evitar visitas a enfermos: Probablemente el afectado no esté para recibir visitas, por lo que se debe evitar acudir a casa de alguien con gripe.
  • Utilizar pañuelos desechables: Su uso ya ha desplazado a los clásicos de tela, que no son más que un contenedor de mucosidades y virus.

Todas las medidas de prevención de la gripe y el resfriado son básicas para ponérselo difícil a esta indeseada compañera que hace su aparición con los primeros fríos del año.

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