Madres y niños

Mi hijo tiene mucha tos y mocos, ¿necesita un médico?

Mi hijo tiene mucha tos y mocos, ¿qué hago?

Cuando aparece la tos con mocos en niños, esta afirmación se repite como un mantra en multitud de padres (sobre todo si son primerizos). En cuanto comienzan los catarros en otoño, saltan las alarmas. Es importante, en estos casos, no aplicar un remedio inadecuado, ya sea una medicación contraindicada, remedios que no sirven de mucho.

Tanto la tos como los mocos, los síntomas de catarro más habituales, son una respuesta lógica del organismo para eliminar algo que le resulta extraño. Es uno de los mecanismos naturales del cuerpo y es totalmente efectivo. Simplemente hemos de tener presente que los niños, sobre todo si son menores de 3 años, tienen un sistema inmunitario inmaduro y que está formándose. En condiciones normales, un niño que ya ha sobrepasado esa edad y está en contacto con otros niños, cogerá catarros de forma habitual. Es algo menos frecuente cuando es más pequeño, porque el cuerpo todavía no ha creado una inmunidad sólida ante este tipo de inconvenientes.

Pero la pregunta está ahí, ¿cuándo hay que llevar al niño al médico si hay tos o mocos? En muchas ocasiones no será necesario y bastará con llevar a cabo una serie de cuidados para que el niño mejore, pero es importante seguir unas pautas para saber si es necesario acudir al servicio de salud más cercano a que valoren el estado de nuestro hijo.

¿Cuándo acudir con tu hijo al médico si tiene tos y mocos?

Como hemos referido, en un alto porcentaje de ocasiones no será necesario acudir al médico si los niños presentan mocos y tos. Básicamente, existen 2 motivos por los que tendremos que acudir al pediatra si nuestro hijo presenta tos y mocos, y son estos:

  • Fiebre alta: La fiebre es otra respuesta natural del organismo para acabar con agentes patógenos. Existe la costumbre de tratar de bajarla a toda costa, cuando esto no siempre es lo más indicado. De todas formas, es necesario visitar al médico si la fiebre dura más de 3 días, con subidas y bajadas cada 3 o 4 horas o si llega a superar los 39 grados. Si los fármacos antipiréticos parecen no tener efecto, podemos encontrarnos antes una infección bacteriana que habría de ser tratada con antibióticos prescritos por el médico. 
  • Dificultades para respirar: Si notamos que el bebé o niño presenta este síntoma podríamos estar ante una complicación importante.  Entre las enfermedades que pueden cursar con este problema están la bronquitis, o incluso una complicación más grave sería una bronquiolitis. Esta última enfermedad comienza como un sencillo catarro de 2 a 3 días de evolución, pero termina derivando en dificultad respiratoria, rechazo de la comida o incluso color azulado en los labios. Lo mejor en estos casos es acudir al centro de salud más cercano y que se valore la situación del pequeño.

Siempre seguiremos las pautas que nos indique el pediatra en estos casos, pero el reposo y la buena hidratación son los pilares fundamentales para que tanto la tos como los mocos vayan desapareciendo. ¡No es necesario alarmarse en la mayoría de los casos!

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